Pensamientos Aislados, entrada nº7

27 de Abril del 2020. Leeds, Reino Unido, la Tierra
Mi mano derecha está desarrollando habilidades propias del pulpo; coge el aparato móvil sin consultar, lo desbloquea, y sin enterarme estoy enchufada a otra dosis de Instagram. El bajón llega pronto, pesado y agotador. No sé a ti, pero a mí se me acentúa la incómoda impresión de ser un fracaso; un fiasco.
Mi mano izquierda me mira con cara de ‘te lo dije, te dije que no te fiaras de las derechas’. A veces prescindo de la derecha; ser ambidiestro te hace más espabilao y ya se sabe que los fracasados no somos gente muy lista, somos gente que se ha tirado a las artes, a las humanidades o al periodismo; dos de tres para mí.
Y si no puedes vencerlos…pues entrégales tu alma, tus fotos, tu trabajo y todos tus datos. Así caí rendida a sus pies; me hice un Instagram, un LinkedIn y una webside, y por supuesto vengo frecuentando el Facebook y el Messenger desde la adolescencia.
Ahora me dicen que necesito un twitter, y yo les digo que no; yo les digo que lo que yo necesito no es otra red social sino un poquito de fe; no en la Virgen, o en el Dalai Lama o los Reyes Magos, fe en mí misma, en mi trabajo - que no me hace rica ni famosa, pero me hace feliz - fe en la cultura y sobretodo fe en el gran cambio; el cambio de paradigma que espero, esté a la vuelta de la crisis.
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